MI AMIGO ERICK

Me senté cercano a él, el aula estaba casi vacía para ser el primer día de clases de la maestría en Proyectos de Inversión. Su nombre era Erick, de trato amable y conversación amena, me hizo saber entre otras cosas que tenía dos hijas y era invidente. Recién entendí la pequeña grabadora en sus manos durante la clase, así como, la ausencia de apuntes o notas. Utilizaba un bastón guía para desplazarse de un lugar a otro. El glaucoma le fue robando de a pocos la visión, hasta dejarlo completamente en la oscuridad, cuando terminaba la carrera de economía. Su abstracción mental era admirable, lograba interpretar los modelos económicos en su mente, detectando detalles que muchas veces, escapaban de nuestros análisis. Cierto día, decidimos almorzar en el comedor de la universidad, explotaba de gente joven y el cuchicheo era ensordecedor. De repente Erick, quedó inmóvil por unos incontables segundos. - ¡Qué bello es el trinar de es...