JUGADA MAESTRA

La melancolía lo cubrió por completo. Recordó aquel episodio cuando fue expulsado de la Facultad de Arquitectura, en un hecho confuso que en lo posible trataba de olvidar, pero cuando las cosas no salían como él las planificaba, regresaba como un torbellino y arrastraba recuerdos.
Había intentado publicar su novela, sin éxito alguno. Creo un blog asumiendo una falsa identidad. El nombre sería "El tío Alberto", un tipo de 70 años, con dificultades para movilizarse por si mismo, dependiente de una silla de ruedas, la misma que se perennizó en su foto de perfil. Alberto, tenía poco dominio de las redes sociales y era su sobrina Andrea, quien se encargaba de esa tarea. Vivían en una casona antigua en Barranco, Lima.
Marco, tenía 35 años, experto en finanzas, trabajaba en la banca, ocupación que absorbía la mayor parte de su tiempo. Vivía solo en un pequeño departamento frente al mar. Una de sus pasiones era escribir historias, dejando volar su imaginación.
El blog de a pocos, fue incementando usuarios, muchos de ellos se hicieron frecuentes. Comenzó a ser visto como el abuelo que está dispuesto a escuchar y brindar acertados consejos. La mayoría de usuarios escondía su verdadera identidad bajo un "alias". Había uno en especial, "Pantera", de correcta ortografía y trato formal, pasó a formar parte de la vida de Alberto. Se dirigía a él con el apelativo "Viejo Beto", tenía 18 años, estudiaba derecho, llegó a entablar un fuerte vínculo con el tío Alberto. 
Cuando Marco llegaba a casa, antes que nada, conectaba su lap top y revisaba los comentarios de "Pantera" casi siempre acertados y emotivos. Pasaron varios meses, el blog con las publicaciones comenzó a tener un mayor tráfico. Sin embargo, hacía una semana que "pantera" no dejaba comentario alguno.
Marco estaba intrigado, ensayaba una serie de repuestas a ese silencio y ninguna lo convencía. Una noche al revisar el blog, recibió un mensaje de Claudia, se presentaba como hermana de "pantera", dejaba un e-mail para que la contacten. De inmediato, Marcos le escribió. Recibió un correo, que al terminar de leerlo, lo dejó helado. 
Claudia le escribió entre otras cosas, que "pantera" era en realidad José Ríos, un joven barranquino amante de la pintura y las letras. Nació con un problema congénito en el corazón y hacía diez días tuvo un segundo infarto que lo mantuvo postrado en la clínica antes del desenlace fatal. Al revisar sus archivos en su pc, encontró varios documentos digitales, uno de ellos tenía el título "Viejo Beto", con indicaciones precisas de la entrega, Claudia, sólo cumplió con el deseo de su hermano.
Marco al abrir el archivo, conforme empezó su lectura, las lágrimas impidieron que continúe, era tan conmovedor los sentimientos que transmitía el muchacho, que se detuvo por un instante. Cuestionó el haber inventado al personaje, pues muchos pensaban que era real, qué mente maquiavélica había permitido eso, se repetía. Aquel joven lo hizo sentir miserable, pequeño, rapaz. Quedó inmóvil mirando la pantalla, sin atinar a nada, mientras sus ojos llorosos, inundaban su rostro de agua salada.
Esa noche escribió una amplia y sentida reseña sobre "pantera", fue un justo homenaje a la persona que le confesó, que para él representaba al abuelo que nunca tuvo. Asimismo, indicó que bajo el alias, existen historias de carne y hueso, personas que necesitan ser escuchadas y tomadas en cuenta. Los comentarios inundaron el blog, uno a uno, fueron develando los alias, dejando al descubierto personas de lo más diversa y de diferentes rincones del planeta.
En los días siguientes, Marco pasó por episodios de confusión, no podía más. Esa noche, estaba decidido a confesar públicamente todo. Al llegar al departamento, después del trabajo revisó sus correos, encontrando uno con el asunto : "pantera".  Era de un tipo que se identificó como Jorge Paz, le informaba que había visto en la universidad a José Ríos, además estudiaba con su hijo, y por tanto, estaba vivito y coleando.
Marco quedó en shock, ingresó a google poniendo sus nombres y apellidos, arrojando ese día, un comentario registrado en una página de la facultad. Lo invadió una indignación pasajera, al ver sido burlado por un adolescente. Después de meditarlo, pasó a la admiración, por la forma como había realizado todo, sin luces ni reflectores, con perfil bajo. De hecho fue una sutil venganza, al haber descubierto que "el tío Alberto" era un invento. Acto seguido, decidió contactarlo vía whatsapp.
- Hola José, soy "el viejo Beto"
- Hola, sé quien eres
- Buena jugada de fichas
- sólo aprendí del maestro
- Ja,ja,ja .... no es para tanto. Para serte sincero me afectó tu muerte.
- lo que te afectó es el haber jugado al abuelo con tus seguidores, y sentirte culpable por ello
- eso no es verdad, nunca haría eso
- Porqué asumiste un papel ficticio. Me la creí en un principio, hasta que te pregunté que enfermedad padecías. La demora en tu respuesta me alertó que no eras quien decías ser.
- Debo reconocer que fuiste brillante al tejer tu historia, sino hubiera sido por un tipo llamado Jorge Paz, que te vio en la universidad, no estaría hablando contigo
- ¿Estás seguro que existe Jorge Paz?
Después de aquella interrogante, el joven se desconectó por completo. Impávido, Marco quedó pegado a la pantalla, sólo atinó a dibujar una tímida sonrisa en su rostro. Se dirigió al balcón, una densa neblina cubría la playa.

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