SUPERHEROES
Superhéroes Cuando viajábamos a Lima por vacaciones, era inevitable visitar a tía Lola. Era menor que mi madre, siempre lograba sonrojarte en la mesa con preguntas indiscretas, que se relacionaban con los cambios físicos propios de la adolescencia o sobre la relación amorosa que llevabas. V ivía en un departamento pequeño, en un cuarto piso. Al ingresar al edificio tenías la sensación de que alguien te observaba, el pasadizo era lúgubre con escaleras angostas y oscuras. Por lo general, mi tía no se encontraba en casa, siempre estaba trabajando, era padre y madre de mis dos primos. Nadia de 18 años y Papi de 7 años de edad. Nadia salía temprano a estudiar y mi tía a trabajar. Así que, el único fijo en casa era Papi. Sabia cocinar, asear el departamento y salvar cualquier imprevisto que pudiera suceder. En cierta ocasión, mi hermano y yo fuimos a dejarle una carta que mi madre le enviaba a tía Lola. Tocamos la puerta gris claro del departamento, escuchando una infantil voz. ...