relatoscortos2020

                                        EL ÚLTIMO VUELO   Pintas de colores el elegante vuelo Dejas trazos en el celeste cielo ¡Vuela alto, cóndor majestuoso! Despliega las mágicas alas Para recorrer las cumbres nevadas   Los “apus” respetan tu presencia Cuando exploras los agrestes riscos El serpenteante rio y las profundas quebradas Un hermoso collar bordea tu cuello Blanco como la nieve de los picos elevados   Cuando sientas que tus fuerzas flaquean Y la vida juega a las escondidas contigo Volarás tan alto superando lo permitido Dejando en el vuelo un último esfuerzo Para caer en creciente picada Partiendo a la inmortalidad soñada ¡Vuela alto, “kuntur” imponente!   

FRAY JUAN ABAD     En medio del cerro Chalpón hay una cueva agreste morada de un ermitaño Fray Juan Abad o Padre Guatemala su historia trasciende vive en la sencillez y humildad desciende al pueblo una vez a la semana para realizar los oficios religiosos después se vuelve a la montaña trota descalzo por las mañanas juega con las flores y las aves mientras talla en silencio las tres cruces de guayacán el franciscano, agrietadas tiene sus manos de tanto trabajar  nada lo detiene, debe la obra terminar Antes de partir el ermitaño anuncia a los feligreses busquen las tres cruces esparcidas en tres cerros están transformarán vidas, sanarán heridas expresión de fe, espiritualidad y perdón paño de los afligidos Gracias Fray, hemos sido bendecidos  

  Aprender a manejar bicicleta era el reto a vencer. Por lo general, lo hacías en una bicicleta alquilada, sin frenos, llantas dispares, sin color definido y con algo de suerte el asiento no se hundía. En el parque principal había dos negocios dedicados al alquiler; el tiempo mínimo era media hora que pasaba volando. En el barrio eran contados con los dedos quienes disfrutaban de una en casa. Cuando era así, la compartías entre todos los hermanos por turnos, los mayores casi siempre le asignaban los fines de semana. Había una combinación peligrosa al momento de alquilar en uno de los negocios. Una señora de avanzada edad era la dueña, te repetía varias veces la hora de término, haciendo hincapié en la devolución del aparato antes de que se acabe el tiempo. A su costado, escuchando las advertencias estaba “Pepito”, sobrino de la señora en cuestión, cabeza rapada y porte tipo militar; salía como un pitbull en tu búsqueda tan pronto como el tiempo de alquiler acababa. Cinturón en ma...